Ante la evolución de la tecnología que avanza a pasos gigantes -con resonancias magnéticas de alta definición e Inteligencia Artificial que predice diagnósticos, su filosofía se ancla en un principio eterno: la medicina es, ante todo, «un acto científico y humano», y es lo que, se aprecia, en la personalidad del doctor Daniel Sterlicchi.
Nacido en la serena ciudad de Mérida, lleva en su sangre la fortaleza de su padre, Ercole Sterlicchi, un inmigrante italiano de la postguerra descrito como «un hombre maravilloso», y la ternura de su madre, Olivia Marheus, «una dulce y preciosa mujer andina» y tiene dos hijos. Formado como Médico Cirujano, en la Universidad de Los Andes (ULA), en 1988 y el postgrado en Medicina Interna, lo cursa en el Hospital José Ignacio Baldo, en Caracas. Sus consultas previa cita en la Clínica Los Cedros.
Con una trayectoria marcada por la excelencia., compromiso ético y resultados satisfactorios para sus pacientes, ante un caso complejo, no duda en señalar que su instinto no responde a una técnica ni un fármaco, sino un protocolo interior que radica en «observar, analizar y priorizar”
Pero, siempre atendiendo al pensamiento clínico, crítico y ético, a la evaluación clínica inmediata, identificando signos y síntomas vitales y posibles riesgos, Antes de actuar, se detiene a escuchar el lenguaje del cuerpo, a identificar los riesgos y a estabilizar la vida, alude.
Conexión humana
Más allá de su impecable rigor clínico, lo que verdaderamente define al doctor Sterlicchi es su conexión con quienes sufren. Para él, en los momentos más difíciles, la clave es ser «profundamente humano y empático». Esta no es una frase hecha, sino el pilar de su práctica. .
«He buscado no solo curar, sino comprender y acompañar», confiesa, revelando que su mayor satisfacción profesional no reside en un diagnóstico brillante, sino en la ética y la precisión, que le permiten caminar junto al paciente, en su trayecto hacia la salud.
Su filosofía de tratamiento trasciende la receta. Entiende que cada persona es un universo único en sus dimensiones «espiritual, física y del alma». Por eso, aunque se fundamenta en la medicina basada en evidencia, su enfoque es holístico, personalizado y profundamente compasivo. La mayor gratificación, asegura, es ver sanar a un paciente con una enfermedad grave. «Es algo profundamente reconfortante», afirma.
Legado para el futuro
Al mirar hacia el futuro, el especialista Sterlicchi, comparte los avances tecnológicos que han revolucionado la medicina. Sin embargo, su consejo para las nuevas generaciones de internistas es un llamado a las raíces, a lo esencial, es decir, “ejercer con el arte de observar, razonar, analizar. Y les recuerda que, a pesar de toda la tecnología disponible, «una buena historia clínica y la exploración física siguen siendo las mejores herramientas».
“El verdadero acto de curar comienza cuando un médico decide, por encima de todo, ser humano”, expone finalmente.



