Para la psicólogo Alba López, desde el inicio de una relación los acuerdos deben estar bien cimentados, especialmente en el aspecto económico. “No se trata solo de administrar ingresos y gastos, sino de comprender cómo el dinero influye en la estabilidad emocional y psicológica de la pareja”, explica.
Según la especialista, cuando no existe claridad en este terreno, en momentos de crisis surgen tensiones que ponen en riesgo el sentido de unidad. “Factores como quién aporta más, la distribución de tareas en el hogar, la pérdida de un empleo, o cuando la mujer percibe mayores ingresos que el hombre —un tema todavía sensible en sociedades donde él es visto como el proveedor—, pueden detonar conflictos silenciosos que erosionan la relación”, advierte López.
Además, la forma en que cada miembro invierte, gasta o ahorra se convierte en otro eje de fricción. “Si no hay acuerdos, la desconfianza se instala y el vínculo se debilita”, agrega.
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Más allá del dinero: las señales de abuso
La especialista recuerda que no todo el deterioro de una relación viene de lo económico. Existen dinámicas abusivas que muchas veces se normalizan y que son igual de dañinas. “El abuso no siempre es físico; también puede ser psicológico”, señala.
Entre las conductas más frecuentes, López menciona:
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Revisar el celular de la pareja sin consentimiento.
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Vigilar y perseguir de manera constante.
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Humillar con comentarios hirientes o mediante agresiones físicas.
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Menospreciar o hacer dudar de la propia valía.
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Aislar a la persona de familiares y amigos.
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Forzar encuentros sexuales sin consentimiento.
“Estas actitudes constituyen formas de violencia que atrapan a la víctima en un círculo difícil de romper. Buscar apoyo y redes de confianza es clave para salir de esta dinámica”, enfatiza.
Límites y comunicación: las bases de un vínculo sano
La licenciada López destaca que los límites comienzan con el autoconocimiento y una adecuada autoestima. “Saber quién soy, qué quiero y hasta dónde llego, me permite establecer fronteras que protegen mi bienestar personal”, explica.
Asimismo, resalta que la comunicación asertiva es un pilar fundamental en toda relación. “Expresar lo que siento, escuchar y validar al otro, y llegar a acuerdos reales requiere sinceridad y compromiso. Solo así es posible rescatar o fortalecer la relación, siempre y cuando exista la voluntad genuina de ambas partes”, sostiene.
En definitiva, concluye la psicólogo, una pareja sana no solo se mide por su estabilidad económica, sino también por el respeto mutuo, la capacidad de establecer límites y la construcción de acuerdos que fortalezcan la unidad.