Vivimos en un mundo acelerado, donde la sobrecarga de información, las responsabilidades diarias y la incertidumbre constante pueden afectar nuestra salud mental. Uno de los trastornos más comunes en la actualidad es la ansiedad, una condición que, si no se maneja adecuadamente, puede afectar significativamente la calidad de vida.
Para entender mejor este tema, conversamos con la psicóloga Alba López, directora de Psicocrearte, un espacio dedicado a la transformación personal. Además, lidera el programa Años Dorados, enfocado en mejorar la calidad de vida de los adultos mayores.
«Cada vez vemos más casos de ansiedad en consulta. Aunque no tengo cifras exactas, puedo decir que de cada 10 pacientes, al menos 6 presentan ansiedad de alguna forma», explica López.
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¿Qué está causando la ansiedad?
La ansiedad puede originarse por múltiples factores. Según López, la incertidumbre es una de las principales causas en la sociedad actual. «Muchas personas viven preocupadas por lo que pueda pasar en el futuro, y ese miedo constante genera ansiedad. Pero también hay otros detonantes como el estrés, problemas personales, trastornos del sueño y la necesidad de controlar todo», señala.
A nivel físico, la ansiedad se manifiesta de diversas maneras. «El cuerpo habla. La persona puede sentir inquietud, fatiga, tensión muscular, irritabilidad, dificultad para concentrarse, palpitaciones, sensación de ahogo e insomnio», explica la especialista.
¿Ansiedad ocasional o trastorno?
Sentir ansiedad en momentos específicos es normal, incluso necesario, ya que nos ayuda a reaccionar ante ciertos eventos. Sin embargo, cuando la ansiedad se prolonga por más de seis meses y afecta la vida diaria, se convierte en un trastorno. «En estos casos, la persona puede sufrir crisis de pánico y un desgaste emocional severo», comenta López.
¿Cómo manejar la ansiedad?
El tratamiento depende de la intensidad del cuadro. En algunos casos, la terapia psicológica es suficiente, pero en situaciones más graves puede ser necesario un apoyo farmacológico. «Cuando la ansiedad es muy alta, la persona no puede procesar la terapia porque su mente está en alerta constante. Ahí es donde la medicación puede ayudar a estabilizarla y permitir un mejor abordaje terapéutico», aclara López.
Además, existen técnicas que pueden ayudar a reducir los síntomas de ansiedad:
Ejercicios de respiración: Controlar la respiración ayuda a relajar el sistema nervioso.
Mindfulness y vivir el presente: Muchas veces, la ansiedad surge por pensar en el futuro. Aprender a vivir en el aquí y el ahora es fundamental.
Revisión de detonantes: Identificar qué situaciones disparan la ansiedad permite abordarlas de manera más consciente.
Higiene del sueño: Evitar pantallas antes de dormir y mantener una rutina nocturna puede mejorar la calidad del descanso.

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La importancia del descanso
Uno de los factores que más impacta la ansiedad es la falta de sueño. «Dormir mal interfiere en la autorregulación del cerebro. Durante el sueño, el cuerpo y la mente se regeneran, por lo que la falta de descanso aumenta los niveles de ansiedad», enfatiza López.

En una era donde la velocidad y la hiperconectividad parecen dominarlo todo, encontrar espacios de calma y aprender a gestionar la ansiedad es clave para el bienestar emocional. «Aprender a callar la mente y darse momentos de relajación no es un lujo, es una necesidad», concluye la especialista.