La sudoración es un fenómeno fisiológico normal que regula la temperatura corporal al eliminar el calor sobrante. Sin embargo, cuando se presenta en exceso, puede provocar situaciones incómodas y afectar la vida social de quienes la padecen. La Doctora Edith Abdala, especialista en Estética Médica y Cirugía Estética, nos habla sobre la hiperhidrosis, un trastorno que afecta las glándulas sudoríparas, causando sudoración excesiva en zonas como manos, pies y axilas, generalmente como respuesta a estímulos emocionales.
Según la Dra. Abdala, la hiperhidrosis se debe a un desorden nervioso que provoca una producción de sudor mayor a la necesaria para regular la temperatura corporal. Este problema no solo afecta la calidad de vida por la incomodidad y el mal olor, sino que también puede causar irritación, pigmentación de la piel y hongos, además de limitar las relaciones sociales.
Tratamientos de la hiperhidrosis:
Aplicación de toxina botulínica (BOTOX): Este tratamiento consiste en la inyección intradérmica de una neurotoxina que inhibe la producción de sudor. El procedimiento se realiza en el consultorio, donde se aplica hielo para anestesiar la zona y luego se inyecta la toxina en axilas, manos o pies. La Dra. Abdala asegura que este tratamiento tiene una tasa de éxito del 95%, con una duración del efecto entre seis y doce meses. Aunque puede ser doloroso, la crioanestesia mejora la tolerancia del paciente. Está contraindicado en mujeres embarazadas, en período de lactancia, y en personas con miastenia gravis o que toman medicamentos que interfieren en la transmisión neuromuscular.
Resección de las Glándulas Sudoríparas: Este procedimiento quirúrgico ambulatorio consiste en la remoción de las glándulas sudoríparas axilares. Tras una incisión de 5mm y previa anestesia local, se realiza una liposucción o curetaje casi completo de las glándulas, logrando reducir entre un 80% y 90% la sudoración. La intervención tiene una alta tasa de éxito y puede realizarse después de la adolescencia. Las complicaciones incluyen hematomas, dolor e inflamación leve, pero la recuperación es rápida y permite retomar las actividades diarias casi de inmediato.
Conclusión: Tratar la sudoración excesiva no solo mejora la calidad de vida, sino que también brinda mayor seguridad en las interacciones sociales y profesionales. Si sufres de hiperhidrosis, consulta con un especialista para evaluar la mejor opción de tratamiento según tu caso.