En su consulta, la doctora Hamal Drizkha, médico gineco-obstetra, ha sido testigo directo de cómo el miedo, la desinformación y el silencio obstaculizan la educación sexual en adolescentes. Esta situación se replica a nivel regional: en América Latina, 6 de cada 10 adolescentes no recibe una educación sexual integral, según datos de la UNESCO. A esto se suma que la región registra una de las tasas más altas de embarazo adolescente del mundo, con 66 nacimientos por cada 1.000 jóvenes entre 15 y 19 años, de acuerdo con la CEPAL.
Frente a este panorama, la doctora Drizkha propone una guía clara, sincera y empática, dirigida a padres y cuidadores, para acompañar a sus hijos en este proceso desde la responsabilidad, la comunicación abierta y el acceso a información médica confiable.
«El miedo no educa. La confianza sí», afirma con contundencia la especialista.
En su experiencia clínica, ha observado que muchas adolescentes llegan a la consulta con temor de hablar frente a sus madres. «Esto es muy común. Las acompañan sus mamás, pero no se atreven a responder ciertas preguntas. Yo les explico a las madres que esto es normal y que ellas también fueron adolescentes una vez. La crianza fue distinta, sí, pero hoy necesitamos una comunicación diferente, sin tabúes», señaló.
La doctora recomienda que esta conversación se aborde progresivamente y en conjunto, con el apoyo de especialistas como psicólogos y ginecólogos.
«No se trata de prohibir, sino de orientar con responsabilidad», reiteró.
Drizkha asegura que muchas adolescentes confiesan haber iniciado relaciones sexuales sin que sus padres lo sepan. En esos casos, el rol del profesional es vital: «Hay que manejarlo con mucha discreción y empatía. En ocasiones, incluso las abuelas se convierten en aliadas clave en este proceso, porque logran un vínculo de confianza que a veces no se da con los propios padres».
Desde el consultorio, su abordaje comienza con un interrogatorio clínico: «Les pregunto sobre su desarrollo, emociones, si tienen pareja o algún cambio en su cuerpo. A partir de allí, se puede generar una conversación más abierta y educativa».
Hablar también con los varones
Drizkha subraya la importancia de incluir a los hijos varones en esta educación.
«Hay que hablarles también. Los padres deben participar. La conversación no debe ser solo con las niñas. Usar preservativo es vital, y deben comprender que una relación sexual no planeada también requiere protección», expresó.
La madurez no es automática
Cuando una adolescente reconoce que ya ha iniciado su vida sexual, la doctora recomienda centrarse en la educación y la prevención.
«Primero se estudia, luego se gradúa, y después viene la vida. Se les explica que todo debe hacerse con responsabilidad, que hay consecuencias, y que existen métodos anticonceptivos eficaces».
Uno de ellos es el implante subdérmico, que ella recomienda en casos de adolescentes que puedan olvidar otros métodos más rutinarios como las pastillas: «No es que sea malo tener relaciones, pero deben estar informadas. La inmadurez y el olvido llevan a embarazos no deseados en cuerpos que aún están en desarrollo».
Mensaje para las familias
«Conversen con sus hijos. Desde el respeto. Desde el amor. No desde el miedo. Busquen apoyo profesional. No es solo una conversación, es un proceso», afirmó la doctora Hamal Drizkha.
Una declaración que, más que consejo, representa un llamado urgente a la corresponsabilidad entre padres, madres, cuidadores y profesionales de la salud.
