Alrededor de 235 millones de personas en el mundo están diagnosticadas con asma, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta enfermedad crónica causa en el paciente episodios frecuentes de disnea, dificultad para respirar, y sonidos de pitidos en el pecho. Su intensidad varía de un caso a otro.
Durante un ataque de asma, la persona que padece de esta afección pasa por una inflamación bronquial que estrecha las vías respiratorias y dificulta la corriente de aire que sale y entra a los pulmones.
Las crisis asmáticas ocurren cuando las vías respiratorias se inflaman o se irritan más de lo normal. En este proceso los pulmones producen mucosidad pegajosa que bloquea las vías respiratorias provocando una contracción de los músculos y dificultando que la persona afectada inhale y exhale.
¿Qué hacer cuando un asmático entra en crisis?
Los ataques de asma pueden poner en peligro al paciente, por lo que es imprescindible saber cómo actuar ante esta emergencia.
-Reconocer la crisis asmática: las personas que sufren un ataque de asma presentan dificultad para hablar o moverse, sus labios y uñas se tornan de color gris o morado, tienen reacciones lentas a los estímulos, hacen sonido de pitidos al respirar, y muestran dolor o incomodidad en el pecho.
-Mantener la calma: la agitación podría agravar la crisis asmática. Es importante no agobiar al paciente con preguntas y darle espacio físico para que pueda expresarse con gestos.
-Sentar al paciente: la persona que asiste a un asmático en una crisis debe acomodarlo en una postura idónea para facilitar la entrada de aire a sus pulmones. Los especialistas recomiendan que es mejor estar sentado con las manos sobre la mesa, nunca acostado.
-Tratamiento broncodilatador: el asistente debe proporcionarle rápidamente el tratamiento broncodilatador al paciente y administrar cuatro inhalaciones seguidas. Si a los cinco minutos de haber suministrado el tratamiento la crisis persiste, debe volver a repetirlo.
¿Cómo prevenir un ataque de asma?
Al ser una patología que no tiene cura, los pacientes deben estar en constante tratamiento para evitar o controlar un ataque de asma.
La OMS recomienda a los pacientes con esta afección mantener ambientes libres de sustancias que ayudan a desencadenar ataques de tos como: polvo, ácaros o el pelo de los animales.
El organismo insiste en que hacer ejercicios de respiración habitualmente puede preparar los pulmones para combatir mejor una futura crisis asmática. La actividad física como la natación también puede ayudar a entrenar los pulmones de un paciente con este tipo de afección.
Además, es indispensable que el asmático se aleje del cigarrillo, vapeadores o ambientes con humo. Esto podría incrementar la inflamación bronquial.
Fuente: El Diario