El Váper que surge para los pacientes fumadores como tratamiento para suplantar el cigarrillo, es un dispositivo de liberación de nicotina, pero en menor porcentaje que un cigarrillo normal.
Ampliando este tema, la doctora Andreina Berríos, especialista en Cirugía del Tórax, en la Clínica Santa María, de Acarigua, señala que su inicio data del año 2004 y cuando se empieza a evaluar estadísticamente a todos los pacientes que querían dejar de fumar no arroja los resultados esperados.
Incluso, añade, entre el 2014 y 2019 aumenta en la población el consumo del Váper, superando tres veces a la del cigarrillo; siendo la cifra más alta en adolescentes, entre 9 y 14 años de edad.
«Pacientes que lo usaron como un mecanismo para dejar de fumar, seguían en lo mismo y usaban el Váper; al igual las personas que nunca habían fumado, terminaban haciéndolo con este dispositivo; pero los adolescentes superaban al número de adultos que lo utilizaban», detalla Berríos.
Apunta, que en el 2019 se reportan más de 2.800 casos de patologías pulmonares secundarias al Váper y es cuando comienzan las políticas para regular la venta de estos dispositivos que “para los adolescentes resultan muy agradables, porque lo ven como moda”.
“Hoy, el consumo del Váper no es ventajoso. Se pueden detectar secuelas pulmonares más temprano que con el cigarrillo, a los 3 meses hay sintomatologías, con problemas respiratorios y bronquitis recurrente”, adiciona.
El Váper contiene productos que pueden no hacer daño -dice Berríos- no obstante posee otros más que son psicotóxicos, por lo que insta a evitar su consumo.

Coordenadas
La doctora Andreina Berríos, es egresada de la Universidad de los Andes (ULA); obtuvo la especialidad de Cirujano General en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA); y continuó especializándose en Cirujano de Tórax, en el Hospital Militar Universitario Dr. Carlos Arvelo de Caracas. Actualmente, atiende consultas en la Clínica Santa María, en Acarigua y en la Clínica Acosta Ortiz, de Barquisimeto.