El abordaje de las enfermedades cardiovasculares se enfrenta a nuevos retos entre los que se incluye como fundamental el tratamiento de todos los factores de riesgo asociados, dados los datos preocupantes que los últimos estudios están reflejando, como que más del 70% de los pacientes con un riesgo cardiovascular alto no tienen controlado el colesterol.
Este ha sido uno de los mensajes centrales lanzados en un simposio titulado Reducción del colesterol en pacientes de alto riesgo cardiovascular con comorbilidades: cerrando brechas y oportunidades futuras, celebrado en el marco del congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC 2024), que ha tenido lugar en Londres; al simposio asistieron más de 800 participantes de forma presencial y unos 250 online, datos que muestras el interés y la preocupación de los profesionales sanitarios por este aspecto y por conocer las nuevas propuestas para hacer frente a los retos que se plantean en el abordaje de las enfermedades cardiovasculares.
Leopoldo Pérez de Isla, jefe de sección del servicio de Cardiología, en el Hospital Clínico San Carlos, destacó en su intervención los importantes desafíos relacionados con la mejora de los factores de riesgo cardiovascular. “Si bien hemos conseguido controlar algo mejor el tabaquismo y la hipertensión, y también hemos mejorado en el abordaje del colesterol, aunque aún no hemos llegado a donde queremos, los dos factores de riesgo al alza y que constituyen un desafío fundamental porque su crecimiento es exponencial son la diabetes y la obesidad”.
El simposio fue introducido por Derek Connolly, especialista en Cardiología del Hospital de Birmingham (Reino Unido), quien realizó un repaso por los desafíos en el manejo de la enfermedad cardiovascular (ECV), en particular para conseguir la reducción de la mortalidad asociada y la mejora de la calidad de vida de los pacientes, con mención especial al abordaje de las distintas comorbilidades que presentan los pacientes.
Pérez de Isla insistió también en que mejorar el control del colesterol es “fundamental” y explicó que “aunque tenemos muchas herramientas algunas empeoran otros factores de riesgo cardiovascular y esto debe ser tenido en cuenta”.
En este sentido se refirió al posible desarrollo de diabetes en algunos pacientes tratados con estatinas a dosis altas, de ahí el interés en el desarrollo de fármacos que permitan mejorar el control de colesterol sin incrementar el riesgo de diabetes, “y dejando claro que el beneficio que se consigue con las estatinas supera al perjuicio derivado del desarrollo de diabetes, pero si conseguimos evitar estos efectos secundario mejor”.