El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) no es una enfermedad que pueda curarse, sino una condición permanente que acompaña a los individuos a lo largo de su vida. A diferencia de las enfermedades, que pueden tratarse y erradicarse, el TDAH se gestiona mediante estrategias y ambientes estructurados, con la posibilidad de mejorar los síntomas con la madurez. Sin embargo, ciertos rasgos como los olvidos o despistes son características persistentes en las personas con TDAH. Según Rosangel Penso, psicopedagoga, el éxito en la gestión del TDAH radica en la implementación de hábitos y rutinas estructuradas, y en el apoyo constante de profesionales y familiares.
Estrategias para la Gestión del TDAH
1. Establecimiento de Hábitos y Rutinas
Crear y mantener una rutina diaria es fundamental para los niños con TDAH. Establecer horarios consistentes para dormir, comer, estudiar y realizar actividades complementarias como deportes o música, proporciona una estructura que facilita la organización y reduce la ansiedad. La regularidad en estas actividades ayuda a los niños a anticipar lo que viene a continuación, mejorando su capacidad para concentrarse y cumplir con las tareas.
2. Alimentación Saludable
Una alimentación equilibrada es esencial, y en el caso de los niños con TDAH, es recomendable evitar el consumo de azúcar después de las 4 de la tarde. Los picos de energía que puede provocar el azúcar pueden interferir con su capacidad para concentrarse y calmarse, exacerbando los síntomas del TDAH.
3. Reducción del Tiempo de Pantalla
Limitar el tiempo frente a pantallas es crucial. Penso sugiere que de lunes a jueves se restrinja completamente el uso de dispositivos electrónicos. La exposición a pantallas puede ser altamente distractora y perjudicial para la atención y el sueño, aspectos críticos para el manejo del TDAH.
4. Ambiente de Estudio Libre de Distractores
Estudiar en un ambiente libre de distracciones, bajo la supervisión de los padres, es otra estrategia clave. Los niños con TDAH necesitan una guía constante para mantenerse enfocados y organizados. Los padres deben asegurarse de que el lugar de estudio sea tranquilo y ordenado, minimizando cualquier posible distracción.
5. Apoyo Emocional de los Padres
Los padres deben ser emocionalmente estables y seguros para poder guiar a sus hijos cuando se presenten episodios de emociones desbordadas, impulsividad y olvidos. La estabilidad emocional de los padres proporciona un modelo a seguir y un ambiente seguro para que los niños puedan manejar sus propios desafíos emocionales.
Desmitificando el TDAH
Existen varios mitos sobre el TDAH que deben ser aclarados. Uno de los más comunes es pensar que el TDAH se cura con el tiempo. Sin embargo, esta condición es permanente y requiere manejo continuo. Otro mito es creer que todos los niños presentan algún grado de comportamiento impulsivo o despistado, y que esto no es algo preocupante. Además, se tiende a atribuir el TDAH a factores hereditarios sin considerar la necesidad de intervención y apoyo profesional.
Rosangel Penso enfatiza que, aunque la genética puede jugar un papel, el manejo del TDAH debe ser proactivo y estructurado, involucrando a profesionales y familias en un esfuerzo conjunto para proporcionar a los niños las herramientas necesarias para desarrollarse plenamente.
El TDAH es una condición permanente que requiere un enfoque estratégico y estructurado para su manejo. Con la implementación de hábitos consistentes, una alimentación adecuada, la reducción del tiempo de pantalla, un ambiente de estudio apropiado y el apoyo emocional de los padres, los niños con TDAH pueden mejorar significativamente su conducta y funcionamiento diario. Desmitificar las percepciones erróneas sobre el TDAH y entenderlo como una condición manejable a través de estrategias específicas es crucial para proporcionar el mejor apoyo a estos niños.