En el corazón de Acarigua, la voz experimentada y apasionada de la Bioanalista
Loida Balza de Morales, resuena con la fuerza de años dedicados al servicio y la
ciencia. Con una trayectoria profesional que supera las tres décadas, comparte
con entusiasmo su visión sobre el presente y futuro de una profesión esencial para
la salud.
Sus palabras destilan una profunda conexión con el Bioanálisis, una elección
vocacional que respondió a un llamado intrínseco: «Me gustó esta carrera por la
oportunidad que me da de servir al prójimo, y sigo siendo útil para aquellos
pacientes que necesiten de nuestros conocimientos para el diagnóstico que debe
proporcionar el médico a sus pacientes», afirma.
Bioanálisis con propósito: una vida dedicada al diagnóstico y al servicio humano
Para Loida de Morales, la labor de quienes estudian esta carrera y el médico
conforman un engranaje vital e inseparable en la búsqueda de la verdad clínica.
«Es un dúo que se establece con el médico para definir el diagnóstico. No es un
paso que pueden dar los médicos solos, sino con el apoyo de los Bioanalistas que
analizan los exámenes clínicos de los pacientes, porque en la unión está la fuerza,
y si lo hacemos con amor, los resultados son satisfactorios»;.
Con una mirada nostálgica pero a la vez esperanzadora, la licenciada Loida
celebra el ímpetu de las nuevas generaciones. «Me encanta que los nuevos
Bioanalistas estén luchando por reactivar el colegio, así como en los años cuando
comencé a ejercer esta profesión». Su anhelo por un gremio fortalecido se une al
deseo de que los futuros líderes sean buenas personas, que trabajen bajo los
principios éticos.
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Tecnología, ética y gremio: los pilares del futuro en el laboratorio clínico
Al reflexionar sobre la vertiginosa evolución tecnológica en su campo, reconoce
los últimos avances como «increíbles, muy distintos a los de hace tantos años
atrás». Sin embargo, su experiencia le dicta una verdad fundamental: «siempre es
imprescindible la presencia del ser humano porque los equipos no trabajan solos,
por lo que hay que prepararse para el manejo de las nuevas tecnologías». Esta
afirmación subraya la importancia de la capacitación continua y el toque humano
irremplazable en la interpretación de los resultados.
A lo largo de su extensa carrera, la licenciada Balza de Morales ha sido testigo
silenciosa de innumerables historias de salud, perdiendo la cuenta de cuántos
pacientes han dependido de sus conocimientos para obtener un diagnóstico
certero.
Su testimonio es un recordatorio elocuente de la trascendencia de la labor del
Bioanalista, un pilar fundamental en el sistema de salud cuya dedicación y
experticia impactan directamente en el bienestar de la comunidad. Su legado no
solo se mide en años de experiencia, sino en el amor y la pasión que aún hoy
impregnan cada una de sus palabras.