La Tiroides se ha convertido en una de las patologías más conocidas en los últimos años, pero poco se conoce sobre su importancia que sería lo más adecuado, lo que hace que en la mayoría de los casos no valoremos su impacto y alcance en nuestra salud, cuando en realidad amerita gran atención desde la etapa de la concepción de la vida.
En este sentido, a propósito de la reciente celebración del Día Mundial de la Tiroides, el doctor Gerardo Rojas, endocrinólogo, de la Clínica Los Cedros, apunta que “la Tiroides es una glándula de origen endocrino, sumamente importante en el desarrollo del ser humano que segrega hormonas siendo las más conocidas T3: Triyodotironina y T4: Tetrayodonina, que se generan desde la etapa de la concepción del embarazo, durante la etapa adulta y hasta cuando se fallece”.
De acuerdo a lo explicado por el doctor Rojas, esta patología suele afectar mucho más a las mujeres y cuando estas presenten problemas de fertilidad, una de las cosas que hay que revisar es la función tiroidea, ya sea el Hipotiroidismo porque no produce hormonas o Hipertiroidismo que produce más, por lo que le cuesta salir embarazada por un fenómeno que interviene directamente en la ovulación.
“Entonces la hormona tiroidea tiene que estar en buen nivel luego viene el desarrollo del feto y necesita hormonas para su crecimiento. Las primeras 18 semanas dependen de la tiroides de la madre porque el bebé no tiene ese órgano, a partir de ahí él empieza a producir sus propias hormonas tiroideas y ya depende de su propia producción. Todo el desarrollo neurológico y la formación del cerebro y el sistema nervioso, tanto central como periférico, dependen de las hormonas”, explica.
Es así como “las Tiroides tienen diferentes momentos en su vida” y a lo largo del crecimiento de los niños y niñas intervienen durante el crecimiento, en lo que concierne la maduración de los huesos, la parte muscular y el sistema nervioso, hasta llegar a la pubertad. Ya en las etapas adultas, las hormonas tiroideas intervienen en las funciones cardiovasculares, respiratorias, metabólicas, musculares, óseas, entre otras.
Debido a esto, el endocrinólogo Rojas. subraya la importancia de hablar y decir que “la Tiroides debe ser cuidada y revisada en todo momento de la vida, por alguna situación”.
Ni nueva ni vieja
En retrospectiva, según datos del doctor Rojas, la patología de la Tiroides no es tan nueva, sino que, aproximadamente unos 30 o 40 años atrás, no se revisaba, pasaba desapercibida porque no era muy frecuente en el vocabulario médico.
“No existían gran cantidad de especialistas en Endocrinología no era el número de profesionales en esta rama apropiado para la población y no había tendencia a revisar esta patología”, detalla.
A pesar de esto, ocurrió un resurgimiento de la especialidad y se hizo conciencia del tema, por lo que hoy no sólo los endocrinólogos revisan la tiroides, pues “tenemos pacientes que vienen referidos por el Ginecobstetra, cuando consigue una alteración en la glándula de la mujer; también el Psiquiatra explora hoy en día la función de la Tiroides porque hay muchos trastornos o desórdenes mentales que tienen un origen orgánico y juega un factor importante, porque esto le puede modificar el perfil de tratamiento y la evolución del paciente psiquiátrico”.
El “Hipo”, “Hiper” y Bocio
Se sabe entonces que la Tiroides afecta a casi todos los procesos fisiológicos en el cuerpo, pero sus dos patologías principales son el Hipotiroidismo y el Hipertiroidismo, así que, para tratarlas, lo recomendable es asistir al especialista, ya que se puede confundir esta patología con otra diferente.
Con respecto al Hipotiroidismo, que no produce hormonas, el paciente suele aumentar de peso sin causa aparente, presenta cansancio, debilidad, tristeza, duerme en el día y no en la noche; mientras que con el Hipertiroidismo, que produce hormonas en exceso, es lo contrario, el paciente suele perder peso sin causa aparente, presenta nervios, ansias, siente taquicardias, palpitaciones y fuerte calor como fiebre, aunque no lo es.
“Otra patología común es el Bocio, que es el aumento del tamaño de la Tiroides, lo cual es visible en el cuello y se corrobora a través de un ecosonograma. Dentro del Bocio puede localizarse lo que llamamos los nódulos tiroideos, importantes por el riesgo de cáncer que representan, aunque el porcentaje no es alto, ya que en menos del 5% de los casos puede haber un tumor maligno en los nódulos, lo cual se debe evaluar mediante una Punción con Aguja Fina (PAF) para obtener la muestra y si resulta positivo la atención es quirúrgica”, expone el doctor Rojas.
“Se debe evaluar el nódulo y todas sus características y en algunos casos con lo que llamamos una Punción con Aguja Fina (PAF) dirigida algunas veces por eco de un nódulo, se tiene una muestra y patólogo nos da un resultado. Si es un cáncer, indiscutiblemente, la conducta es quirúrgica”, aporta por último el especialista.
Yolianny Meléndez
