Hay que estar alertas en caso de observar en la infancia y adolescencia cualquier alteración inmunológica que afecte el páncreas, indica el endocrinólogo Gerardo Rojas
La diabetes mellitus es una de las enfermedades crónicas más frecuentes y compleja, que al paciente que la sufre le cambia la vida y su recuperación va a depender en un 50% del control nutricional, para así evitar complicaciones crónicas.
En entrevista con Bisturí Magazine, el internista -endocrinólogo Gerardo Rojas, especialista de la Clínica Los Cedros, explicó que en el caso de niños y adolescentes la clasificación más común es la diabetes tipo 1, que se manifiesta como una alteración inmunológica donde el organismo desarrolla una serie de anticuerpos que destruyen las células que producen insulina en el páncreas.
La diabetes mellitus tipo 1 es responsable, además, de que los pacientes presenten una mayor incidencia de otras enfermedades autoinmunes.
“Los padres y madres tienen que estar atentos cuando observen en hijos menores y adolescentes algunos signos básicos, como orinar con frecuencia, sed excesiva o pérdida de peso, de manera que les permita descubrir a tiempo cualquier problema con relación a los niveles de azúcar”, señala.
Apunta Rojas que la diabetes es una patología que involucra la genética, el medio ambiente y el entorno familiar, cuando la persona ya tiene un diagnóstico establecido, que por supuesto requiere tratamiento para su control oportuno.
La diabetes no se puede prevenir, adiciona el endocrinólogo, pero actualmente a nivel mundial se están desarrollando unos estudios para el diagnóstico precoz, además están trabajando para lograr detectar los anticuerpos y a través de pruebas de sangre identificar quienes son susceptibles a la diabetes mellitus.
“La diabetes mellitus tipo 1 afecta a menos de un 5%de la población infantil y adolescencia e incluso adultos jóvenes y no es frecuente en comparación con la tipo 2 que puede afectar al 50% de la población mundial. y puede ser controlada con dieta y ejercicios”, refiere Rojas.
Los niños y adolescentes con diabetes tipo 1 requieren un tratamiento con insulina, aplicación que debe ser vigilada para evitar toda descomposición metabólica, para que no genere complicaciones que pueden afectar la retina del ojo, los riñones y además acarrear la pérdida de sensibilidad en las piernas, pero también los padres tienen que permanecer alertas, inclusive observar si presentan bajo rendimiento, decaimiento o cansancio.
“Se debe tomar en cuenta la dieta nutricional, incluir en el plato diario un 25% tanto de proteínas y carbohidratos y 50% vegetales”, puntualizó el especialista Rojas.
Elizabeth Houllier