Seguro usted ha conocido o ha sabido de alguien que de manera inconsciente realiza en sus lecturas, omisiones, distorsiones, inversiones, sustituciones en algunas de las palabras; también, que suelen tener déficit en la comprensión. Entonces, lo más probable, es que habrá estado hablando de una persona disléxica.
Cada 8 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Dislexia, para visibilizar uno de los trastornos de aprendizaje más comunes que afecta a los niños y niñas en edad escolar y que, según la OMS, involucra al 10% de la población, lo que equivale a que aproximadamente 700 millones de personas tengan esta dificultad de aprendizaje.
La Dislexia son alteraciones con origen neurobiológico, que aqueja de manera directa a los procesos cognitivos relacionados a la lectura, el lenguaje y la escritura con implicaciones, que pueden ser leves, moderadas o graves. Algunas de las dificultades en las personas pueden ser: recitar el alfabeto, denominar letras, realizar rimas simples, clasificar los sonidos, entre otros.
Igual, la persona tiene dificultad específica para el aprendizaje de la lectoescritura, de carácter persistente; se da en niños que no presentan ningún hándicap físico, psíquico ni sociocultural.
Las personas disléxicas además manifiestan de forma característica dificultades como lentitud, vacilaciones y de seguimiento visual.
Problemas principales
El principal problema que tiene la dislexia es que no es compatible con el sistema educativo tradicional, pues, dentro de este, todos los aprendizajes se realizan a través del código escrito, por lo que el niño disléxico no puede asimilar ciertos contenidos de materias, porque no es capaz de llegar a su significado a través de la lectura.
El niño o niña disléxico debe poner tanto esfuerzo en las tareas de lectoescritura que tiende a fatigarse, a perder la concentración, a distraerse y a rechazar este tipo de tareas.
Los padres y profesores procesan dicha conducta con desinterés en muchos casos, por lo que se busca conseguir mayor esfuerzo entre el hogar y el colegio; es imperante comprender que estos niños, realizando estas tareas, se sienten abandonados, sin entender, ni poder comunicarse.
La dislexia, es mucho más que tener las mencionadas dificultades, ya que existen problemas de compresión, de memoria a corto plazo, de acceso al léxico, confusión entre la derecha y la izquierda, dificultades en las nociones espacio-temporales. No existen dos disléxicos idénticos, cada caso es único y no tienen por qué presentar la totalidad de los síntomas.
La importancia de la detección
La detección precoz, es realmente esencial para prevenir las secuelas emocionales, la desmotivación y el fracaso escolar.
Después de obtener un diagnóstico, se necesita trabajar con un especialista en reeducación del aprendizaje y trabajar si fuera el caso, todo el aspecto emocional que conlleva la dislexia.
Es necesario dar a conocer al niño y/o adolescente lo que le pasa y normalizar el trastorno en casa y el colegio. En el colegio se debe poner en marcha una adaptación curricular no significativa y trabajar la normalización para prevenir conflictos en el aula, concienciar, aceptar la diversidad y prevenir el Bullyng.
Prensa Bisturí
Con información de: la100.cienradios/ El Periódico-España
