“Por años, se ha subestimado el impacto de los virus sobre el corazón infantil.
Hoy, la historia ha cambiado, pues estamos viendo pacientes con afectación
cardíaca que pueden estar totalmente asintomáticos o, por el contrario, presentar
cuadros fulminantes”.
Así lo sustentó el doctor David Mendoza, especialista en cardiología infantil al
abordar el tema ITIs cardíacas: pericarditis, miocarditis y endocarditis, durante la
Jornada de Actualización Pediátrica, organizada por residentes de la vigésima
tercera promoción de Pediatría y Puericultura, del núcleo Universidad Central de
Venezuela (UCV)- .Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) de
Acarigua
“En medicina, el sufijo -Itis indica inflamación. Cuando hablamos de ITIs cardíacas,
nos referimos a la inflamación de las diferentes capas del corazón: el pericardio
(envoltura externa), el miocardio (músculo cardíaco) y el endocardio (revestimiento
interno)”, indica el doctor Mendoza.
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Apunta, que una de sus principales preocupaciones radica en los cambios virales
post pandemia, toda vez que el comportamiento de los virus después del SARS-
CoV-2 son completamente diferentes al que conocíamos, ya que “han cambiado
los virus y hemos cambiado nosotros, como huéspedes”.
Como señala, el especialista Mendoza, la susceptibilidad genética de la población
actual, combinada con la evolución viral, está generando un nuevo perfil clínico en
los pacientes pediátricos, de manera que ya no se trata de virus raros, sino
de manifestaciones anómalas y difíciles de diagnosticar.
“Antes, un niño podía mejorar en 48 o 72 horas. Hoy las evoluciones toman entre
5 y 10 días, incluso más.”, asegura.

Diagnóstico complicado
Manifiesta que detectar estas inflamaciones es complejo porque algunos pacientes
no presentan síntomas claros, y otros evolucionan de forma atípica y que en
países como Venezuela, donde los recursos médicos son limitados, el desafío se
amplifica.
“Debemos hacer un llamado a los clínicos pediátricos a pensar más allá del cuadro
clásico. Si estamos frente a procesos inflamatorios sistémicos, debemos
considerar también el corazón como posible órgano afectado.”, acota.
Sin embargo, añade, la precariedad económica dificulta la aplicación de
exámenes diagnósticos avanzados, lo que pone aún más responsabilidad sobre el
juicio clínico.
¿Qué pueden hacer los médicos?
– Usar el sentido común, que es el menos común-, responde de manera enfática
el doctor Mendoza.
Por lo tanto, recomienda que ante cualquier proceso inflamatorio multisistémico,
se considere una evaluación cardíaca, aunque no haya síntomas evidentes,
porque recuerda una máxima esencial: “En medicina no tratamos enfermedades,
tratamos enfermos y cada paciente responde distinto.”
