Aunque a nivel global África y, en América, países como Brasil y Colombia
concentran la mayoría de los casos de Fiebre Amarilla, Venezuela presenta un
riesgo constante y creciente y el peligro se multiplica con la expansión de los
mosquitos vectores en el territorio. Están ampliamente distribuidos tanto los
mosquitos selváticos (Haemagogus y Sabethes) como el urbano (Aedes aegypti),
el mismo transmisor del dengue.

Así lo advierte la doctora Luz Stella Meza., pediatra infectóloga, jefa del departamento de Infetología del Hospital Central “ Jesús María Casal Ramos y especialista de la Clínica Santa María, y señala que el país es una zona endémica con reservorios naturales del virus, lo cual mantiene la circulación activa y que un indicador de esta amenaza son los frecuentes brotes reportados en poblaciones de monos (epizootias) en parques nacionales como el Henri Pittier y el Waraira Repano.
Señaló que la Fiebre Amarilla es una enfermedad viral hemorrágica que combina factores como: Alta Letalidad pues se estima que hasta un 50% de las personas que desarrollan la forma grave fallecen: Sin Tratamiento, ya que no existe un antiviral específico, solo se tratan los síntomas. y Capacidad de Reemergencia puesto que el virus circula en zonas selváticas y puede ser reintroducido a la zona urbana por personas que viajan y regresan infectadas.
Indicó la especialista que, la susceptibilidad aumenta en personas no vacunadas,
un problema agravado por la falla en la inmunización, las migraciones y la
expansión urbana desorganizada hacia zonas rurales. Las complicaciones más
serias son su evolución a la fase tóxica, que causa falla hepática y renal,
hemorragias severas y shock hipovolémico.
Señales de Alarma
Si se ha viajado a una zona de riesgo, la infectóloga. Meza recomienda considerar
cualquier síndrome febril con precaución y entre los síntomas que nunca deben
ignorarse y requieren atención médica urgente citó la fiebre persistente, dolor
abdominal intenso, sangrados coloración amarillenta en la piel (ictericia) y orinas
escasas.
«No hay que automedicarse ni esperar y debe acudir de una vez a un centro de
salud, ya que la Fiebre Amarilla es mortal en su fase tóxica”.
La vacuna clave
“La vacunación es la medida más efectiva para prevenir la infección, La vacuna es
segura, altamente efectiva y confiere protección de por vida. Si vive o viaja a una
zona de riesgo, la vacunación no es una opción, es una necesidad», alerta la
infectóloga..
Otras medidas de prevención incluyen el saneamiento ambiental (eliminar
reservorios de mosquitos, limpiar canales) y protección personal (uso de
repelentes, mallas y mosquiteros).
Subraya la especialista Meza, que el principal desafío en la lucha contra esta
enfermedad es lograr la suficiente inmunización, ya que la cobertura en zonas
endémicas está a menudo por debajo del 80-90% requerido para prevenir brotes y
que esto se debe a la escasez de vacunas y las dificultades de acceso en zonas
remotas.
Además, añade, el Cambio Climático está facilitando la expansión del mosquito
urbano (Aedes aegypti) a nuevas áreas, incluyendo zonas montañosas o
templadas.
Dijo que aunque las nuevas vacunas representan una gran esperanza por su
tecnología más sólida, la lucha se gana con una estrategia integral: vigilancia,
control de mosquitos y el despliegue masivo y estratégico de la vacunación.
La doctora Meza remarcó que los grupos con mayor riesgo de desarrollar esta
enfermedad en forma grave son las personas mayores, niños pequeños,
pacientes inmunocomprometidos, embarazadas y viajeros no vacunados, por lo
tanto aconseja no subestimar la fiebre amarilla porque “la prevención salva vidas”.



