A medida que envejecemos, nuestras rodillas suelen ser una de las áreas del cuerpo que más se ven afectadas. Los problemas de rodilla son comunes en todo el mundo y, para evitar que estos signos del envejecimiento sean tan pronunciados, es importante cuidar nuestra alimentación, realizar ejercicios adecuados y contar con el apoyo de nuestros seres queridos.
El colágeno es una proteína presente en nuestro cuerpo, la cual se encuentra en la piel (donde es más conocida y visible), el cabello, las uñas, los huesos y en otras partes del cuerpo.
Esta sustancia es responsable de mantener la firmeza y elasticidad adecuada en la piel. Si bien nuestro cuerpo puede producir colágeno, a partir de los 25 años se reduce la cantidad que se genera de manera natural.
Si bien el colágeno no deja de producirse por completo, a medida que envejecemos se produce cada vez menos. El colágeno también desempeña un papel valioso en la recuperación de los huesos y tejidos del cuerpo. Un ejemplo de esto es el desgaste de las rodillas, uno de los problemas más comunes.
Este desgaste puede estar relacionado con la edad, la genética, la práctica de deportes extremos y la obesidad. Sin embargo, hay un aliado rico en antioxidantes, que se puede conseguir en el mercado o en casa, se trata del Tomate.
El tomate es una verdura que contiene una gran cantidad de antioxidantes y se considera uno de los alimentos que más ayuda a reducir las marcas de envejecimiento en la piel; contiene vitaminas y minerales como calcio, fósforo, potasio, sodio, vitamina A, vitaminas del grupo B y vitamina C.
Además, actúa como antiséptico, depurativo, diurético y laxante, y se ha demostrado que puede ser útil en la prevención de ciertos tipos de cáncer.
El tomate es una fuente alimentaria muy valiosa debido a su alto contenido de un pigmento rojo llamado licopeno. Este compuesto ha sido asociado con una menor incidencia de ciertas enfermedades cuando se encuentra presente en niveles elevados en el plasma.
Curiosamente, se ha observado que el licopeno se absorbe de manera más efectiva cuando se consume a través de productos elaborados a altas temperaturas en comparación con los tomates frescos. Esto significa que una cantidad equivalente de licopeno proveniente de tomates procesados es más fácilmente absorbida por el organismo que si se ingiriera en forma de tomates crudos.
También, se ha demostrado que el licopeno presente en el zumo de tomate procesado con calor es mayor que el contenido en el zumo de tomate crudo. Esto sugiere que el proceso de calentamiento utilizado en la elaboración del zumo de tomate puede liberar y aumentar la cantidad de licopeno disponible para su absorción.
Estos hallazgos resaltan la importancia de considerar diferentes formas de consumir tomate para obtener los beneficios del licopeno. Si bien los tomates frescos siguen siendo una opción saludable, los productos derivados del tomate que han sido sometidos a procesos de cocción pueden ofrecer una mayor disponibilidad de licopeno y potencialmente brindar mayores beneficios para la salud.
Asimismo, las carnes de cerdo, vaca y pollo, pueden proporcionar una buena cantidad de colágeno, especialmente si se consumen partes como las patas de pollo. Sin embargo, es relevante recordar que no solo debemos centrarnos en el consumo de estos alimentos, también mantener una dieta equilibrada y realizar actividad física regularmente para mantener la salud en general.
Es fundamental tener en cuenta que, si padecemos alguna enfermedad y consideramos que alguno de estos alimentos puede ayudarnos, se debe consultar primero con un médico para asegurarnos de que su consumo sea apropiado en nuestro caso.
Fuente: Semana