El bullying siempre ha existido en las escuelas, pero no se le dio la importancia
que amerita sino hasta el año 2013, cuando al acoso escolar se le identifica con
esa denominación, gracias a que un grupo de 3.000 personas entre padres,
docentes e instituciones, salieron a las calles a protestar sobre este tipo de
agresiones que destruyen y arruinan vidas.
La psicóloga Luisa Rodríguez, así lo explicó para el programa radial ”En Onda
con Mayerling Moya”, al indicar que el bullying es un tipo de violencia continua que
ocurre en el entorno escolar y que puede presentarse de forma verbal, física,
psicológica, sexual y social, que persigue como objetivo disminuir la autoestima de
la persona agredida.
“La mayoría de las veces los niños sufren en silencio esta situación, pero los
padres deben darle lectura a los síntomas y pueden poner al descubierto cuando
está ocurriendo un acoso escolar” añadió.
Además, agregó que tanto docentes como en las unidades educativas deben
identificar los espacios en donde se presentan casos de bullying, pues
normalmente son sitios con menos supervisión, tales como baños, pasillos o en
los alrededores del colegio; por lo que es necesario brindar un lugar seguro donde
el estudiante sienta confianza al momento de denunciar las agresiones.
Entre las secuelas que deja a corto plazo el ser víctima de bullying, Rodríguez citó
la baja autoestima, inseguridad, insomnio, síntomas psicosomáticos y aislamiento,
mientras a largo plazo puede desarrollar depresión crónica, con intento de suicidio,
lo cual es muy frecuente en la actualidad.
“Para ayudar a una persona que es víctima de este tipo de violencia es importante
establecer una comunicación positiva y empática, basada en la validación de las
emociones, además buscar ayuda con un especialista que pueda darle al niño y a
sus padres, las herramientas necesarias para afrontar esta situación”, menciona.
Dijo finalmente, que la mayoría de los agresores quieren a través del bullying
imponer su poder; sin embargo, la violencia o maltrato, puede ser una actitud
aprendida en casa, señala la psicóloga Rodríguez, por lo que recomienda analizar
la conducta que se le inculca a los niños en el hogar y además fomentar la
empatía y concientización acerca del acoso.
Laurimar Altuve
Pasante
