En los últimos meses, varias noticias han vuelto a llevar al primer plano a la técnica de reemplazo mitocondrial, conocida popularmente como ‘de tres padres’. Es un término que no gusta especialmente entre la comunidad científica, pero la intuición popular no va desencaminada, porque el procedimiento utiliza genes de tres personas diferentes para desarrollar un embrión.
La mayoría del ADN de nuestras células se encuentra en el núcleo, si bien una mínima parte (aproximadamente, 37 genes) también reside en las mitocondrias. Ese ADN mitocondrial (ADNmt) se transmite por línea materna, y en las raras ocasiones en que está alterado puede causar graves enfermedades, como ceguera, cardiopatías o sordera. Fatales, en algunos casos.
La técnica de reemplazo mitocondrial surgió como una estrategia para evitar que las mutaciones del ADNmt que conllevan enfermedades se transmitieran al hijo.
En esencia, hay dos formas de llevarlo a cabo y ambas implican un ADN nuclear de los padres y el citoplasma con ADNmt de una donante, con lo que el resultado es un embrión con carga genética de tres personas.
El pasado mayo, se supo que había nacido el primer bebé en Reino Unido mediante este procedimiento. La técnica se reguló en suelo británico en 2015. Estaba únicamente autorizada para que la realizara al Centro de Fertilidad de Newcastle y siempre con el objeto de evitar enfermedades mitocondriales; todas las fecundaciones con la técnica han de aprobarse antes por la HFAE, la autoridad nacional que regula los procedimientos y clínicas dedicados a la fertilidad y embriología.
En un escueto comunicado, la HFAE, sin dar detalles del número de niños que han nacido ya con la técnica, afirmaba que “el tratamiento de donación mitocondrial ofrece a las familias con enfermedades mitocondriales hereditarias graves la posibilidad de tener un hijo sano (…) El tratamiento de donación mitocondrial aún está en sus inicios y la HFEA sigue examinando los avances clínicos y científicos (…) Tenemos entendido que el equipo de Newcastle espera publicar en breve información sobre su programa de tratamiento mitocondrial en revistas revisadas por expertos».
¿Un potencial tratamiento de fertilidad?
Es lógico que una técnica, que aún está en sus albores, despierte curiosidad entre médicos y científicos, pero también cala en la sociedad general por sus implicaciones que parecen ir más allá de la prevención de enfermedades mitocondriales para ofrecer una solución a la infertilidad más resistente.
De hecho, poco antes de la comunicación del bebé británico, se publicaron datos del nacimiento de 6 niños de mujeres que tenían una larga historia de intentos fallidos de fecundación in vitro (FIV). Lo habían conseguido mediante una de las técnicas de tres padres en concreto, la transferencia de huso materno (en inglés, MTS, maternal spindle transfer).
Los científicos ponían así de relieve el potencial de esta terapia para tipos de infertilidad que son difícilmente tratables.
En esta ocasión, el estudio sí se ha publicado con luz y taquígrafos. Los detalles del ensayo aparecen en la revista Fertility and Sterility.
El estudio tenía como objetivo explorar, por primera vez, la viabilidad clínica de la técnica de transferencia de huso materno en un contexto de tratamiento de la infertilidad. Comenzaron en 2018, con 25 parejas infértiles seleccionadas por un largo historial de tratamientos de FIV (entre 3 y 11, una media de 6,4 por paciente), asociados a una mala calidad de los óvulos.
En el trabajo piloto, que se llevó a cabo en Grecia, en el Institute of Life-IASO IVF Center, también participaron especialistas de Embryotools, centro de embriología clínica y reproducción asistida con sede en el Parc Científic de Barcelona. Además, se involucraron científicos de la Universidad de Oxford y Juno Genetics (Reino Unido), y la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón (Estados Unidos).
Nuno Costa-Borges, científico de Embryotools, expone a DM que el trabajo se desarrolló en Grecia, por una serie de coincidencias: “Recibimos el premio de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva (ASRM) en 2017 por nuestra validación de la técnica en modelos animales, cuando estábamos asesorando a una clínica en Grecia. Así surgió la idea de colaborar. En España aún no hemos solicitado la autorización para este estudio, no sabemos si nos la concederían o no”, aclara.
A diferencia de experiencias previas intentadas hace años y que no obtuvieron buenos resultados, las actuales técnicas de reemplazo mitocondrial parece que han ganado solvencia. Las principales diferencias de la transferencia de huso materno y la transferencia de pronúcleos, comenta este especialista, es que en la primera “toda la manipulación se hace en ovocitos, no en embriones. Además, si se optimiza bien la técnica se consigue hacer arrastrando una cantidad mínima de mitocondrias de la madre al citoplasma de la donante”.
El embriólogo destaca la total transparencia que ha seguido su estudio, desde la investigación preclínicas en modelos animales hasta llegar al ensayo piloto con humanos.
Viabilidad clínica: seis bebés
“Hemos demostrado la viabilidad clínica, pero el número de parejas tratadas es pequeño todavía para afirmar que es una técnica eficaz en ese contexto. Hace falta estudios más amplios, no obstante, sí que podemos afirmar que hemos obtenido resultados alentadores: al menos en 21 de las 25 pacientes que se incluyeron, la calidad embrionaria mejoró y conseguimos 6 niños en un primer intento”. El estado de salud y desarrollo de los niños (algunos tienen ahora más de 4 años) es a día de hoy normal.
Para Nuno Costa-Borges, las pacientes con estos problemas de infertilidad “tienen el mismo derecho que aquellas con enfermedad mitocondrial a beneficiarse de estas técnicas para tener niños genéticamente relacionados”. Pero, además, considera preferible que los primeros estudios se realicen en pacientes sin mutaciones en ADNmt, por el riesgo de reversión mitocondrial.
El rompecabezas de la reversión
El fenómeno puede lastrar el empleo de la técnica para su objetivo inicial, pues, por el momento, no hay una seguridad del 100% de que no se transfieran mitocondrias maternas.
Y esa sospecha ha sido refrendada por el estudio de estos científicos. Como explica Nuno Costa-Borges, “hemos detectado que en uno de cada seis bebés ocurría este fenómeno”. Las mitocondrias transferidas al óvulo de la donante se expandieron significativamente durante el desarrollo y, en el momento del nacimiento suponían un 50% del total en las células del bebé.
“Eso implica que alrededor del 15-20% de los niños nacidos podrían todavía desarrollar la enfermedad mitocondrial”, advierte, si bien añade que “como parece que ocurre en los primeros días después de la implantación, los estudios prenatales podrían aportar información al respecto”.
Por el momento la reversión mitocondrial es un quebradero de cabeza para los investigadores. “No sabemos por qué ocurre, ni el porcentaje que va a alcanzar finalmente: puede que todo el ADNmt de la madre acabe prevaleciendo sobre el de la donante; tampoco podemos determinar los tejidos concretos donde se va a producir. No olvidemos que este es el primer caso nacido reportado con el fenómeno”.
En cambio, no han encontrado problemas asociados a la supuesta incompatibilidad entre ADNmt de madre y donante. “Se ha sugerido, pero sabemos que en la naturaleza esto no ocurre, pues cuando parejas de diferente etnia tienen hijos y esas generaciones se vuelven a cruzar, el ADNmt sigue manteniendo una línea y el nuclear puede ser totalmente diferente”.
Fuente: Diario Médico