En 2024, los países con mayor incidencia de cáncer de riñón en el mundo son China, Estados Unidos, Rusia, Alemania y Japón, con una tasa estandarizada global de 4.4 por cada 100,000 personas. Las tasas de mortalidad más altas también se registran en estos países. Los principales factores de riesgo incluyen el tabaquismo, la exposición ocupacional, la enfermedad quística, la herencia, la obesidad y la hipertensión.
Signos de alerta del cáncer de riñón
El carcinoma de células renales, el tipo más común de cáncer de riñón, presenta una variedad de síntomas que pueden complicar su diagnóstico temprano. Entre los principales signos de alerta se incluyen:
- Hematuria (sangre en la orina)
- Dolor en la zona lumbar
- Presencia de una masa en el costado o lumbar
- Cansancio inexplicable
- Pérdida de peso involuntaria
- Fiebre persistente sin causa aparente
- Anemia
Sin embargo, la mayoría de los pacientes no experimentan síntomas hasta que la enfermedad ha avanzado, lo que subraya la importancia de la detección precoz.

Detección precoz: Un diagnóstico oportuno salva vidas
A pesar de la falta de campañas de detección dirigidas a la población general, alrededor del 60% de los casos de cáncer renal se detectan de manera incidental durante exploraciones médicas por otras razones. Este diagnóstico temprano es clave para un tratamiento eficaz y mejora notablemente las tasas de supervivencia.
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Tratamientos que han revolucionado la supervivencia
Los avances en el tratamiento del cáncer de riñón han sido significativos en la última década. Según la SEOM, la supervivencia en pacientes con carcinoma de células renales avanzado ha aumentado de 5-7 meses hace 15 años a más de 40 meses en la actualidad. Estos avances se deben a la combinación de nuevas terapias, como la cirugía, la inmunoterapia, las terapias dirigidas y la vigilancia activa.
En casos de tumores pequeños (menos de 4 cm), la nefrectomía parcial ha mostrado una supervivencia a los 5 años del 94%, mientras que en casos avanzados, las combinaciones de fármacos han mejorado la respuesta tumoral y prolongado la vida de los pacientes.
Prevención: Factores de riesgo modificables
Aunque no todos los casos de cáncer de riñón son evitables, actuar sobre factores de riesgo como el tabaquismo, la obesidad, y la hipertensión arterial puede ayudar en la prevención de esta enfermedad. Otros factores de riesgo incluyen la exposición al tricloroetileno y el cadmio, así como la insuficiencia renal crónica y antecedentes familiares.
El cáncer de riñón continúa siendo un desafío en el ámbito oncológico, pero los avances en detección y tratamiento están cambiando el panorama. Con la detección precoz y los tratamientos actuales, la supervivencia y calidad de vida de los pacientes siguen mejorando considerablemente.