Al hablar de distintas patologías, sus causas, dolencias, consecuencias y posibles recuperaciones, las personas en muchas ocasiones pasan por debajo de la mesa mencionar el alcoholismo o dipsomanía, ya que no la comprenden como una verdadera enfermedad, siendo un trastorno físico y mental, de carácter crónico, progresivo y hasta mortal.
En el marco del “Día sin el alcoholismo”, que se celebra cada 15 de noviembre, desde Alcohólicos Anónimos (A.A) de la ciudad de Acarigua, Grupo Unidad, específicamente uno de sus miembros que, obviamente, para mantener su anonimato pidió llamarse Alberto, nos explicó que el referido centro es “una comunidad de hombres y mujeres que comparten experiencia, fortaleza y esperanza, para resolver un problema común que es el alcoholismo. El objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a que alcancen el estado de sobriedad”.
Alberto, opina que el ser humano debe funcionar llevando “una forma de vida”. “Desde el hogar uno recibe una cantidad de orientaciones, que se toman o se dejan, dependiendo del hogar o si se la dan en la calle; mi mamá me decía que yo era inteligente, pero en verdad descubrí luego que no tenía un programa de vida. Entonces, Alcohólicos Anónimos ha sido para mí un programa de vida”.
Destaca Alberto, que “el alcoholismo es una obsesión para la persona, que no se da cuenta, por lo que cae en la enfermedad. Puedes detectar mucho más fácil a un obsesivo por los juegos de lotería, por el cigarro; pero el alcohólico cuesta más, porque el alcohol se disfraza hasta en las mejores botellas”.
Ahora, ya con muchos años sobrio, opta por seguir cuidándose por lo que revisa hasta la receta de los medicamentos, alimentos, y si alguno posee algo de alcohol no lo compra.
“Uno debe alejarse de la fuente que lo activa a beber; porque cuando se es alcohólico eso no importa si hay frío, calor, si tengo dinero o no, si es casado o soltero, si trabajo o no, cualquier motivo es bueno para beber”, indicó.
Este miembro de A.A, menciona que también “Los Doce Pasos” son parte de la dinámica para la recuperación del alcohólico y estos se les recomienda en las reuniones de 1 hora. Algunos de estos pasos son:
- Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.
- Llegamos al convencimiento de que un Poder Superior podría devolvernos el sano juicio.
- Decidimos poner nuestras voluntades y vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos.
- Sin miedo hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos.
- Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos.
Además, los que siguen estos pasos, también suelen aferrarse a “Las Doce Tradiciones” que también habla de 12 de pasos que orientan hacia el bienestar del Grupo de la unidad de A.A desde lo espiritual y conceptual.
Llegar a donde tiene que llegar
Sostiene Alberto que existe un Poder Superior. Cuenta que, cumpliendo años de fallecida su madre, un 14 de enero de 1988, le pidió que intercediera por él ante Dios para que lo ayudara porque ya no quería seguir bebiendo y eso fue justo el día antes de entrar a A.A.
Al día siguiente, el 15 de enero, llego a ese A.A, unidad, servicio y recuperación, que pregunta en primera instancia ¿Es la bebida un problema para usted?
“Llegué con nervio, pensando en el qué dirán, me daba pena estar en A.A. Sin embargo, mi esposa un día me hizo una pregunta muy certera: ¿Y no te da pena en la forma en cómo te sacan de los botiquines?; entonces son frases, palabras, que llegan a donde tienen que llegar para seguir adelante”, relató.
De acuerdo con la experiencia de Alberto, muchas personas valoran el centro deA.A como uno de los “peores” escenarios, cuando en verdad resulta una solución de vida para muchos y muchas.
“En Alcohólicos Anónimos primero se aprende a dejar de beber, y luego a vivir sin beber. Ahora, puedo estar normal en una fiesta; antes no, el alcohol era más mi compañero que otra cosa y amanecía”, resalta.
También, Alberto cuenta que muchas historias difíciles y feas ha escuchado en Alcohólicos Anónimos, unas muy tristes, casi increíbles, pero las cuales sólo vive y entiende el alcohólico y su entorno, quien también la padece, ya que la familia también sufre, en muchos casos, hasta quedando en peor situación, incluso llegando a la muerte.
En su caso, su esposa también sufrió y acudió a otro programa destinado para familiares y amigos con problemas de alcohol, llamado AL-ANON, el cual les ayudó ampliamente, al igual que otro programa dirigido a los infantes, ALATEEN, donde decidió incorporar a sus hijos.
Finalizando, Alberto reiteró que “el alcohol es una droga y una enfermedad” y que A.A busca que el adicto toque fondo y deje de beber, la ayuda será en lo individual, por lo que recomienda acercarse a las reuniones, de 04:00 a 05:00 pm, en la calle 30, Av.33 y 34, Acarigua, o comunicarse a los números: 0412-774 30 60, 0426- 457 87 48, 0414-952 99 06, 0416-122 29 53, 0412- 157 67 66.
Yolianny Meléndez
